Con I will derive, creo que nos hemos convencido de que las matemáticas pueden ser MUY divertidas.
Para aquellas personas que aún «se resisten», Jonathan Swift describe en Los viajes de Gulliver una infalible (¿?) manera de aprender matemáticas:
Fui a una escuela de matemática, donde el profesor instruía a sus discípulos siguiendo un método difícilmente imaginable entre nosotros en Europa. La proposición y la demostración parecían escritas claramente en una oblea fina con tinta hecha de un colorante cefálico. Esto tenía que tragárselo el estudiante con el estómago en ayunas y no comer nada sino pan y agua durante los tres días que seguían. Al digerir la oblea, el colorante se le subía al cerebro llevándose la proposición al mismo tiempo. Pero hasta ahora el resultado ha defraudado, ya por algún error de dosis o de composición, ya por la picardía de los mozalbetes, a quienes da tanto asco esa píldora que por lo general se escabullen subrepticiamente y la expulsan por arriba antes de que pueda hacer efecto; y tampoco se les ha persuadido todavía para que guarden una abstinencia tan larga como exige la receta…

Parque Gulliver (Valencia).
Reblogueó esto en Martams's Blogy comentado:
Jonathan Swift (1667-1745) falleció hace 270 años
Un infalible modo de aprender #matemáticas
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