El eminente astrónomo aficionado John Goodricke (1764-1786) nació un 17 de septiembre.
En 1782, realizó una hipótesis sobre la estrella Algol, la segunda más luminosa de la constelación de Perseo: los astrónomos habían observado que cada tres días su luz disminuía súbitamente en tres cuartas partes de intensidad, permaneciendo de este modo diez horas antes de recuperar su brillo máximo.
Goodricke estudió la estrella –es lo que se conoce como una estrella variable–, descubriendo que los cambios en su brillo eran regulares, con un periodo de 68 horas y 49 minutos. Para explicar este fenómeno, conjeturó que Algol tenía una compañera que orbitaba alrededor de ella y que su intensidad luminosa disminuía precisamente en el momento en el que esta compañera se situaba entre Algol y la Tierra.