El 30 de diciembre de 1924, el astrónomo Edwin Hubble (1889-1953) anunció que la nebulosa espiral Andrómeda, era de hecho una galaxia y que, por lo tanto, la Vía Láctea es tan solo una de las muchas galaxias en el Universo.
Pudo llegar a esta conclusión gracias a las observaciones que realizó en el Observatorio Monte Wilson con el telescopio Hooker –recién construído; de unos 2,5 metros, era el más potente del mundo en aquel momento–.