Hoy, como cada 19 de noviembre, se celebra el Día Mundial del Retrete ‘para concienciar acerca de la crisis mundial de saneamiento y fomentar medidas que la resuelvan’.
Los retretes salvan vidas porque evitan que se propaguen enfermedades a través de las heces humanas. Sin embargo, 4 500 millones de personas, cerca del 60% de la población, no cuentan en sus casas con sistemas que eliminen los excrementos de forma segura.
El sexto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) se propone, para el año 2030, ‘hacer llegar el saneamiento a todos los habitantes del planeta, reducir a la mitad las aguas no tratadas y aumentar su reutilización’.
Pero, para ello, es preciso depositar, transportar, tratar y eliminar de manera segura y sostenible los excrementos humanos. Sin estos sistemas de saneamiento, la salud se resiente, en particular, la infantil.
Este año, el Día Mundial de Retrete centra su campaña en el tratamiento de las aguas residuales: ¿Dónde van las heces?
Como se comenta en la página del Día Mundial de Retrete, para alcanzar el ODS 6, es necesario que las heces pasen por un proceso compuesto por cuatro fases:
- Depósito: Las heces deben depositadas retretes higiénicos y almacenadas en fosas o contenedores herméticos, de manera que los excrementos no entren en contacto con las personas.
- Transporte: Tuberías o servicios de vaciado de letrinas para llevar las heces a la fase de tratamiento.
- Tratamiento: Las heces deben ser tratadas y convertidas en aguas residuales y deshechos depurados para que se puedan volver al medio ambiente sin que supongan un riesgo para la salud pública.
- Eliminación y reutilización: Las heces, una vez tratadas correctamente, se pueden reutilizar como combustible o fertilizante.
Más información:
- Día Mundial de Retrete
- ¿A dónde van las heces? (folleto informativo)
- ¿A dónde van las heces? (cartel)
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#DíaMundialDelRetrete: el tratamiento de las aguas residuales
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