El galio es un metal blando, de color gris en estado líquido y plateado brillante al solidificar. Es un sólido quebradizo a bajas temperaturas, que funde a temperaturas cercanas a la ambiental.
Fue descubierto el 27 de agosto de 1875 –mediante espectroscopia– por el químico francés Paul Emile Lecoq de Boisbaudran (1838-1912) al examinar una blenda de zinc procedente de los Pirineos.