Juan Ignacio Pérez
La inactividad física es responsable de muchísimas muertes tempranas en Europa. La falta de ejercicio físico es mucho más peligrosa, incluso, que la obesidad. Esa es la principal conclusión a que ha llegado un grupo de investigadores tras analizar la trayectoria de 334.161 hombres y mujeres europeas a lo largo de un periodo de 12 años. Los beneficios de la actividad física se manifiestan, incluso, cuando se trata de niveles muy moderados pero, lógicamente, si se le dedica más tiempo también suele ser mayor el beneficio que reporta.

Aunque la actividad física tiene un impacto más positivo en las personas de peso normal, también resulta muy beneficiosa para las que tienen un alto índice de masa corporal (IMC), o sea, para personas obesas o con sobrepeso. El IMC se calcula dividiendo el peso (en Kg) por la altura (expresada en metros y elevada al cuadrado) y es, por lo tanto, un indicador relativo de la masa corporal. Para que nos hagamos una idea, se considera que una persona con un IMC superior a 30 ha sobrepasado el umbral de obesidad, aunque ese valor depende también de la estructura corporal y de la masa ósea.
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