Debo reconocer que descubrí hace poco a Sofía Rhei…
Mi amigo Raúl -que conoce mi gusto por las sextinas– me regaló para mi cumpleaños el libro Sextinas. Pasado y presente de una forma poética (de Chus Arellano, Jesús Munarriz y Sofía Rhei, Ed. Hiperión, 2011). Y como suelo hacer cuando cae entre mis manos un libro que me seduce, comencé a curiosear…
… y descubrí a Sofía. En su página web encontré los libros que había escrito, sus proyectos, sus juegos y objetos -poemas en morse, afilaversos, baraijaku, libros alterados, etc., ambigramas y poemas collage-.
El primero de sus libros que pude leer -y tocar- fue Alicia volátil (Cangrejo Pistolero Ediciones, 2010) e inmediatamente hice una reseña para la sección de Literatura y Matemáticas de DivulgaMAT, intentando mostrar las muchas Alicias contenidas en las páginas de este precioso libro.
Este verso presenta a una ellas, una de las 64 Alicias:
Las mitades de Alicia
Abierta de un zarpazo,
me miro de perfil, y mi otro reflejo
no es más que mi misma mitad.
Después conseguí Las flores de alcohol (La Bella Varsovia, 2005), donde el amor y el desamor brotan como en el reino vegetal:
LOS TRONCOS que contienen cuartetos de cuerda
llevan siglos esperando a alguien
que sepa pulsar las cuerdas desde el interior
de la corteza.
Y hace unos días me llegó Química (El Gaviero Ediciones, Colección Troquel, 2007), un precioso libro troquelado -del que ya hablamos en la entrada Química y Poesía-. Cada poema va precedido de un título compuesto con los símbolos de algunos elementos, y tras una reacción química -provocada por Sofía-, la poesía aparece…
Lógica, matemáticas, azar, física, botánica, química, … ¡pura ciencia poética!
PD: Esta entrada participa en la Edición 3.1 del Carnaval de Matemáticas cuyo blog anfitrión es Scientia potentia est.
Reblogueó esto en Martams's Blogy comentado:
La ciencia poética de Sofía Rhei
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